Después, nos dirigimos al Poblado Cántabro. Allí, en la cumbre conocida como El Picu la Torre, tras la protección de grandes murallas de piedra y otras obras defensivas, vimos las casas de planta circular y cuadrangular construidas a tamaño real, los enseres y “casi” a los propios guerreros cántabros del poblado.
Terminamos en la campa de Ucieda, en pleno Parque Natural de Saja-Besaya, donde dimos buena cuenta de los bocatas. Para ver las fotos, pincha aquí (abstenerse papás hasta recibir el regalo)
Terminamos en la campa de Ucieda, en pleno Parque Natural de Saja-Besaya, donde dimos buena cuenta de los bocatas. Para ver las fotos, pincha aquí (abstenerse papás hasta recibir el regalo)
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